sábado, 8 de agosto de 2015

El Liderazgo resonante...mucho debate y poca acción. (Parte I)

Al decir verdad, mucha tinta ha corrido en torno al tema del Liderazgo. 
Existen un sinnúmero de libros, investigaciones, documentos y encuestas sobre lo que significar liderar, cual es el estilo más apropiado, que  es lo que buscan las organizaciones y los individuos en un Líder, etc.  Sin embargo y a pesar de todo el debate, vemos que aun se confunde el liderazgo con autoritarismo, con jerarquía, con coerción y con enfoque único.

Y no es que la bibliografía existente sobre este tema no sea efectiva, no es que los Líderes no han escuchado del tema aunque sea una vez, lo que sucede es que todavía hay quienes asumen el liderazgo como una capacidad que se evidencia solo “hacia afuera”, “hacia los clientes”, “hacia los subordinados”, “hacia terceros”, lo que puede funcionar bastante bien por un tiempo, pero no es un liderazgo efectivo, ni sostenido, mucho menos “resonante”.

Y que es esa resonancia a la que hago mención? Desde el punto de vista musical, es la repercusión o prolongación del sonido que produce una nota; visto desde la física, los expertos nos dicen que es fácil que cualquier objeto vibre en su frecuencia de resonancia natural, pero es muy difícil de conseguir que ese mismo objeto vibre en una doble frecuencia (otra frecuencia impuesta a la natural) y les comparto un ejemplo sencillo que leí en sitio web: “imaginen un niño en un columpio, un suave empujón y el columpio va y viene en una misma frecuencia, hacia adelante, hacia atrás, es un proceso armónico sin resistencia; si impongo una nueva frecuencia y deseo que el columpio al mismo tiempo se mueva de izquierda a derecha, además de complejo, es muy probable que el niño pierda los dientes en el proceso”.

Ahora adaptemos estos conceptos… un liderazgo resonante, es visible cuando el Líder sintoniza en la misma frecuencia que su equipo de una forma natural, se encarga de crear conexiones significativas con el propósito de la organización y tiene la capacidad de inspirar a los demás, de sentir compasión y no me refiero solamente a aquella de sentir pena por el dolor ajeno, sino aquella de preocuparse genuinamente por los intereses de quienes conforman su equipo de trabajo. Cuando el equipo percibe esto,  responde activamente, le demuestra reciprocidad al  Líder y a la organización y se produce una vibración que se prolonga y repercute en el desempeño y en los resultados.

Por otro lado, la disonancia, es una interrupción abrupta de la armonía, en términos musicales se refiere a un sonido desagradable y la RAE la describe como la falta de conformidad o proporción natural que debe tener algo.

Ahora bien, un Líder no puede mantener la resonancia todo el tiempo porque resulta agotador y estresante. Para lograr esta resonancia sostenida, el Líder tiene que estar consciente y entrar en sintonía con sus 3 dominios: el lenguaje, el cuerpo y las emociones. Mantener esta sintonía, requiere desarrollar  un grupo de competencias (comportamientos) de inteligencia emocional, social y cognitiva.

Y aquí me voy adentrando en terrenos espinosos, porque si competencia es igual a comportamiento y estos son rasgos de la personalidad; lograr una sintonía en estos 3 dominios del ser requiere un concienzudo proceso de transformación diaria y lo destaco con negrilla porque esto no se logra de la noche a la mañana, es un cambio gradual que le exige al Líder deshacerse de  todos aquellos hábitos, practicas, estilos de pensamiento, estilos de comunicación y creencias que resultan limitantes y obsoletas.  Cuando se trata de tocar la estructura interna de cada individuo y remover esas bases para fundar unas nuevas, aparecen la resistencia y el temor,  penosamente muchos Líderes se quedan en el intento y vuelven a su modelo tradicional.

Voy a citar algunas frases que conservo de conversaciones, entrevistas, experiencias propias y ajenas que pueden ser familiares para ustedes.
  • “La opinión de mi equipo si me interesa,  escucho lo que tienen que decir, pero  la última palabra la tengo yo”
  • “Mis colaboradores tienen claro que Jefe es Jefe, si no mantengo la distancia, ellos se aprovechan”
  • “Esta empresa no es escuela para enseñarle a la gente a trabajar”
  •  “¿Para qué voy a aportar nuevas ideas, si mi Jefe siempre las rechaza?”
  • “Mi Jefe no es claro al decirme que es lo que espera de mi”
  • “No veo utilidad en las evaluaciones de desempeño, mi Jefe solo  reprocha mis errores”
  • “Quiero  salir de la compañía porque no soporto a mi Jefe”

Cuando los colaboradores se expresan bien o mal de determinada empresa, no se están refiriendo a la personería jurídica en sí,  se refieren a la experiencia vivida en primera instancia con los Líderes de la organización, ellos son su principal punto de referencia. Recordemos que el Liderazgo es uno de los varios factores que permean cultura en una empresa. Tener una posición de liderazgo no garantiza un buen Líder, tener personas dispuestas a seguirlo y comprometerse con el  sentido de propósito y la visión de la empresa, es lo que convierte a un individuo en un buen Líder.

El Liderazgo resonante tiene sentido común, pero  todavía no es una práctica común. Hay mucho debate y poca acción, sin embargo, estoy convencida de que no es tarde para promover cambios significativos y remover viejas estructuras. Es posible lograr resultados extraordinarios, basta una verdadera intención de no hacer más de lo mismo.


Me encantaría leer sus comentarios y aportaciones, en la segunda entrega de este tema hablaré sobre las competencias de un Líder resonante, mientras tanto los dejo con una infografía que complementa el presente post.  No olviden suscribirse.

¡Hasta pronto!