¡Bienvenidos nuevamente!
Ha pasado algún tiempo desde la última vez que escribí y por ello es muy
especial para mí que te tomes unos minutos para pasar por mi blog y
leerme.
Si me sigues en mi cuenta de Instagram @coach_Maria_Conchita es posible que hayas notado que cada semana hay un tema central en el que enfoco mis publicaciones. Estos días los he dedicado a postear sobre el manejo de las emociones y como éstas influyen directamente en nuestra forma de comunicarnos y en nuestros comportamientos.
Hoy elegí escribir sobre el miedo porque es una emoción que puede desde
instalarte cómodamente en tu zona de confort, hasta hacerte creer que ya estás
destinado a vivir de tal o cual manera y que no es posible mejorar o
cambiar, sin embargo, el miedo también puede ser ese motor que te impulsa y te
moviliza a actuar y a perseverar por tus objetivos.
Como experiencia personal, te comparto que durante mi proceso de
certificación como Coach Ontológico, uno de mis mayores desafíos era lidiar con
mis propios miedos. Para cumplir con mi propósito de vida, tenía que
empezar por encarar mis fantasmas (como les digo yo) y eso significaba destapar
recuerdos dolorosos del pasado para entender la raíz de viejos resentimientos.
Puedo decir con toda gratitud que el proceso fue tremendamente sanador y
liberador, porque descubrí que detrás de toda mi historia personal se
albergaba el miedo al rechazo.
Yo tenía la creencia de que todos los aspectos de mi vida estaban
perfectamente controlados, pero estaba equivocada; y lo detecté precisamente
cuando me dediqué de lleno a mi emprendimiento; me di cuenta que no avanzaba,
que me había estancado y que por el miedo estaba saboteando mis relaciones, mi
trabajo, mis ideas no fluían y eso empezaba a mermar mi autoestima. Sólo cuando
hice consciencia de todo lo que estaba perdiendo, le puse un alto definitivo,
se acabaron los fantasmas y ya no tenían poder sobre mí.
Y aunque mis fantasmas reaparecen de vez en cuando, ya no tienen el
poder de noquearme. Hace un tiempo recibí una noticia que me
descompuso, algunas expectativas se diluyeron temporalmente, pero la
tristeza me duró unas cuantas horas, guardé los fantasmas en el cajón y me
sacudí. Tengo tantas cosas maravillosas por hacer y un hijo al que amo que no
necesito estancarme de nuevo. ¿Con qué aprendizajes me quedo?
- El
miedo no se va por completo y necesitamos ciertas dosis para sacudirnos.
En mi caso, me replanteé prioridades y surgieron nuevas ideas
para mi emprendimiento.
- No
otorgarle poder al mayor de mis miedos, significó no ponerme en modo
sufrimiento y retroceder en mis propósitos.
- Las emociones son contagiosas y hablar con dos personas optimistas, realistas y con alto nivel de consciencia, me ayudaron a "pasar el bache" mucho más rápido.
- El
miedo puede tener voz, puede tener rostro, puede estar asociado con
recuerdos pero te repito que sólo le puedes otorgar o quitar poder.
Pregúntate entonces y sé muy honesto contigo:
- ¿Qué
quieres de tu vida y cómo quieres verte en los próximos 3 ó 5 años?
- ¿Qué
has hecho hasta ahora para lograr tu plan de vida?
- ¿Qué
estás posponiendo por miedo?
- ¿De qué excusas frecuentes te vales para disfrazar el miedo?
Gracias por llegar hasta aquí, te animo a compartirme tus experiencias y
si consideras que puedo ayudarte en tu proceso de transformación personal y
profesional te invito a que tomes contacto conmigo. ¡Hasta pronto!
María Conchita Figueroa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartirme tus inquietudes o comentarios.