miércoles, 6 de mayo de 2020

¡No quiero regresar a la normalidad!

"Un día menos de enfermedad, un día más en recuperación, un día más de vida gracias a Dios"         
Me contagié con el #coronavirus el pasado 20 de marzo, no sé si cometí algún error o tuve algún descuido, lo que sí sé es que cuando este enemigo invisible irrumpe en el cuerpo puede permanecer como un visitante inadvertido o puede ser un visitante agresivo y hasta mortal. Cuando ataca no hace distinciones, es poco lo que se sabe de él y es por ello que desde mi propia piel, puedo asegurar que no se debe bajar la guardia con las precauciones ni mucho menos caer en el error de pensar de que a tí no te pasará.

Mientras transitaba los días más difíciles de la enfermedad, experimenté síntomas terribles. Debo confesar que cuando me faltaba el aire y me ahogaba, la angustia y el miedo a la muerte se apoderaron de mi mente. No lograba mantener la calma y por supuesto eso empeoraba mi condición. Trabajo con el manejo de emociones, pero les aseguro que en ese momento crucial, era prematuro para mi pensar en resiliencia, ni serenidad, esa fue una situación brutal donde mi cerebro activó todos los mecanismos de supervivencia que tenía a mano y recuerdo bien que en los pocos momentos de lucidez que tenía sólo me aferraba a mi fe con toda la fuerza que me quedaba.

En esos días, también comprendí la real magnitud del colapso del sistema sanitario cuando me negaron la atención en la sala de emergencia de 3 clínicas porque no daban abasto con los pacientes. No me quejo, no hago un reclamo de esto, ni busco un chivo expiatorio, creo que ningún país estuvo preparado para esto, de hecho, considero que fue mejor no encontrar sitio en una clínica y superar con gran esfuerzo la enfermedad desde casa, sin equipo de oxígeno y con la ayuda de mi familia. Estoy consciente de que fui afortunada, la doctora que me examinó algún tiempo después me dijo que la había peleado duro y mientras ella hablaba, yo sólo me estremecía y pensaba en los miles de pacientes que no lo lograron y partieron de este mundo sin tener un familiar cerca para apretar su mano y despedirse.

Siempre fui una persona agradecida pero hoy la gratitud se volvió mi compañera inseparable. Tuve una nueva oportunidad y la he recibido con una perspectiva distinta.
A lo largo de mi vida, mi sistema inmunológico ha sido mi talón de Aquiles. Me he enfermado de tantas cosas, he estado hospitalizada en diversas ocasiones y aunque en todas esas situaciones me he sentido vulnerable, con este virus me sentí frágil, desarmada e impotente, pues soy de las personas que planifica, previene, se anticipa a escenarios y con este virus entendí a las malas que era poco o nada lo que yo podía controlar.

Es una realidad. Con esta pandemia, no tenemos aún certezas. No podemos hablar de información histórica, ni estamos áun en capacidad de hacer trazabilidad de pacientes, ni siquiera contamos con estudios previos. Tanto científicos como ciudadanos apenas estamos investigando, conociendo, experimentando y aprendiendo todo lo que se pueda sobre el virus y quiero creer también que una buena parte de la humanidad nos estamos haciendo a la idea de que esta tragedia inédita se puede repetir, si no terminamos de soltar y reemplazar lo que llamamos "la normalidad"

En mi normalidad también di muchas cosas por sentado: la salud, la tranquilidad, la vida, la cercanía con los amigos, la convivencia familiar, la seguridad de tener un techo sobre mi cabeza, el trabajo, la estructura con la que llevaba mi firma como consultora, entre otras cosas. Todo esto cambió para mí y ahora que voy avanzando favorablemente en mi recuperación, soy capaz de poner atención plena a las secuelas de la pandemia tanto en mi vida como en la de los míos y se bien que mis antiguos esquemas ya no me funcionan, simplemente se diluyeron.

Para este año, por ejemplo, uno de mis objetivos era migrar a modalidad virtual 2 de mis programas de entrenamiento para Recursos Humanos y Alta Dirección que venía impartiendo presencialmente desde el 2019 e incluso tenía planificado lanzarlos en el segundo semestre de este año. Bueno, hoy me siento justo como el primer día en que abrí mi firma consultora después de haber trabajado durante 17 años en relación de dependencia... 

Estoy empezando de nuevo con mucha expectativa y algo de nerviosismo, después de todo esta para forzada de casi 3 meses la he sentido como un fuerte sismo, sin embargo, lo he tomado con tranquilidad y me estoy apoyando con mi equipo, colegas y personas de confianza para tomar las mejores decisiones y priorizar servicios, replantear mi oferta de valor, eliminar lo que no funciona y retomar otras ideas que había guardado en el cajón. En esta encrucijada nos encontramos en mayor o menor grado emprendedores y empresarios, ¿no es verdad?

En lo que dura un pestañeo cambió la educación, la forma de hacer negocios, la convivencia humana, las formas de comunicarnos, los hábitos de vida y por supuesto, cambió la economía. ¡Quién diría que mi generación fue testigo del desplome del precio del petróleo!

  • Hoy nos vemos obligados a desarrollar una nueva cultura de autocuidado para prevenir el contagio. 
  • Hoy tenemos la oportunidad de escuchar más y generar conversaciones con propósito en nuestro núcleo familiar. 
  • Hoy nos ayudamos a transitar emociones que antes no habíamos experimentado. 
  • Hoy estamos hablando de salud mental sin tapujos. 
  • Hoy nuestra forma de comunicarnos se apalanca en la tecnología pero lejos de deshumanizarnos nos dimos cuenta que es posible agregarle un toque de amor, humor y empatía. 
  • Hoy apreciamos de mejor forma la salud, la familia, el trabajo, las relaciones humanas, el planeta, el aire, etc. 
  • Hoy más que nunca, tenemos la responsabilidad de crear nuevos ambientes laborales, de poner de una vez por todas a las personas en el centro de las organizaciones, de ser eficientes, de simplificar y de innovar.


Si una situación dura y dolorosa como esta pandemia nos ha llevado a cambiar nuestros esquemas para transformarla en un bien mayor, entonces ¿para qué queremos regresar a lo que llamábamos normalidad? Yo no quiero hacerlo...







miércoles, 2 de mayo de 2018

7 competencias claves para un desempeño laboral exitoso



Según expertos económicos, el mundo ha entrado oficialmente a la cuarta revolución industrial, que no es otra cosa que una era fuertemente marcada por la tecnología digital, el internet de las cosas y la inteligencia artificial. Hace unos meses, leí en un estudio de la firma Deloitte, que esta revolución digital está cambiando radicalmente 3 grandes aspectos:

  • La forma en la que hacemos negocios: sólo en USA las personas revisan 8 billones de veces su celular, de tal manera, que cualquier empresa que desee colocar su producto o servicio en las manos de su consumidor, deberá armar una estrategia digital contundente.
  • La economía: la practicidad de las regulaciones del comercio electrónico, la seguridad de los datos y las leyes tributarias se siguen analizando y modificando con el fin de ir a la par de esta revolución sin perder el orden y el control de los negocios.
  • La sociedad: con todos estos adelantos tecnológicos, tal parece que los humanos empiezan una fría competición contra las máquinas.  Para todas las organizaciones se vuelve indispensable crear nuevas formas y ambientes de trabajo que consideren la práctica de habilidades y competencias que le permitan a las personas elevar su productividad, mejorar el desempeño laboral, pero sobre todo agregar valor en sus funciones cotidianas.

Si eres un asiduo lector de mis publicaciones, habrás leído en artículos anteriores que el nivel de desempeño de las personas se mide por el QUÉ (cuáles son sus resultados) y el CÓMO (actitudes, valores y comportamientos para obtener dichos resultados), de hecho, el CÓMO es el factor que define gran parte de tu esencia como individuo.

Veamos entonces cuáles son esas competencias claves que mayor demanda tienen en las organizaciones y que agregan valor al modelo de gestión de cualquier industria.


1. Velocidad para aprender:  ¿Has notado que los dispositivos móviles tardan menos de un año en actualizar sus funciones y características para brindar una mejor experiencia a sus consumidores?. Lo que comúnmente buscamos las personas en estos dispositivos es agilidad, conectividad, alta resolución de imagen, entre otras propiedades. 

Ahora piensa un momento en todas las características que una empresa busca en la próxima persona que va a contratar, que va a ascender o la que le va a encargar un proyecto. Definitivamente, las personas que no pueden adaptarse a los cambios o las que se volvieron obsoletas profesionalmente no son una opción.  Las empresas buscan personas flexibles, que se involucren en experiencias desafiantes y con velocidad para aprender en su práctica diaria nuevas habilidades para tener un alto desempeño.

Ya lo dijo Edgar Dale - pedagogo estadounidense - en su famoso cono del aprendizaje: los seres humanos aprender más rápido y mejor con la experiencia directa, haciendo y enseñando.

 


2. Juicio crítico para tomar mejores decisiones: Desde que abres los ojos por la mañana hasta la hora de irte a descansar por la noche, estás tomando decisiones. La única persona que sabe lo que le conviene y lo que es mejor para ti, eres tu y en la medida en que te conozcas y tengas claridad sobre tus fortalezas y oportunidades de mejora, tomarás mejores decisiones para tu vida.

De igual forma ocurre con tu trabajo, mientras mayor sea tu disposición para conocer la empresa, la industria en la que te desenvuelves, las tendencias del mercado, las tácticas de la competencia, las oportunidades, los riesgos o las amenazas que existen, etc., más distinciones irás ganando para formar tu juicio crítico y tomar mejores decisiones considerando el impacto, el riesgo y el costo de cada acción que ejecutes. Se espera que los profesionales de hoy puedan realizar su trabajo de forma autónoma, sin esperar que un superior esté todo el tiempo diciéndoles que hacer.

El manejo de indicadores sencillos pero contundentes con la data que proporcionan, también son relevantes a la hora de tomar decisiones sobre el futuro y no sobre un hecho que ya está consumado y por el que poco o nada puedes hacer. No te limites a las funciones de tu puesto de trabajo, involúcrate!


3. Orientación al servicio: Esta opinión está sesgada por experiencias previas con pequeñas y grandes empresas, pero siento que en mi país, aún tenemos mucho que aprender en cuanto a la cultura del servicio. Hay claras excepciones por supuesto!

En múltiples oportunidades (y las tengo documentadas) he observado CERO coherencia entre los valores corporativos que predica la empresa X y el trato que tienen sus colaboradores con el cliente, usuario, colegas, proveedores y otros. Pocas veces se demuestra un interés genuino en indagar y comprender la situación que trae "el tercero" al escritorio, la comunicación tampoco es efectiva, pues generalmente las conversaciones son para responder y no para escuchar.

Independientemente de que la orientación al servicio forme parte de los valores corporativos de tu sitio de trabajo, recuerda que esta competencia dice mucho de ti y de tu PREDISPOSICIÓN para hacer bien tu trabajo aun cuando las circunstancias no sean las mejores.



  
4. Trabajo en equipo: Con la revolución digital esta competencia adquiere gran relevancia y sentido. Las empresas están conscientes de que para ganar agilidad y eficiencia en todos sus procesos, es necesario eliminar estructuras jerárquicas pesadas y conformar equipos de trabajo para proyectos específicos.

Estos equipos se agrupan por nivel de pericia por ello trabajan de forma complementaria, tienen objetivos claros, indicadores de gestión y desempeñan roles específicos dentro del equipo. Aquí juega un papel importante los que ejecutan roles cerebrales (ideas, innovación), los roles de acción (ejecutan, mejoran, monitorean), los roles sociales (cuidan clima laboral, resuelven, conectan, informan) 

¿Cuál es el rol que tu adoptarías en un equipo de alto rendimiento?


5. Inteligencia emocional: Las emociones son energía y estas nos llevan a actuar de determinada forma generando un efecto (positivo o negativo) para ti y tu entorno. Suelo referirme a la inteligencia emocional como "un músculo" al que se debe ejercitar todos los días con atención e intención.

Una persona emocionalmente educada se reconoce por 2 factores: la consciencia emocional, es decir, que puede observar las emociones en las que transita durante toda su jornada, puede reconocer que las ocasiona y sabe que tienen un propósito final.  No es común que una persona con alta inteligencia emocional responda: "no sé qué me pasa" o "no entiendo por qué me siento así".

El segundo factor es el autodominio.  Una persona con alta inteligencia emocional comprende bien que las emociones no las puede reprimir pero si puede gestionarlas sobre todo cuando conllevan efectos negativos como la ira, el rencor, la tristeza o el resentimiento. Hay prácticas útiles como la respiración consciente, la meditación, la contemplación, el ejercicio, dialogar con alguien cercano, escribir, pintar y muchas más. Elige aquella con la que te sientas cómodo y practícala hasta convertirla en un hábito.





6. Liderazgo: Cada vez son más necesarias las personas capaces de liderarse a sí mismos y luego convertirse en agentes de cambio. Te invito a cultivar esta habilidad sin importar la casilla que ocupes en el organigrama de tu sitio de trabajo. 

Si quieres profundizar un poco más sobre este tema, puedes leer 2 artículos previos que escribí sobre el liderazgo resonante.


 7. Creatividad y resolución de problemas: La creatividad no es exclusiva de los genios de la industria tecnológica o de los grandes inventores. Tú también puedes ser una persona muy creativa sólo con analizar tu puesto de trabajo e identificar todos aquellos aspectos que puedes mejorar o hacer de una forma distinta para: 
  • Reducir tiempos de respuesta.
  • Ahorrar dinero.
  • Promover tu propio desarrollo.
  • Provocar experiencias agradables de trabajo.
  • Incrementar tu capacidad de enfoque en lo realmente importante.
  • Brindar un mejor servicio.

Afortunadamente existen diversas metodologías para incentivar la creatividad tales como: design thinking, técnicas de pensamiento lateral, mapas mentales, lluvia de ideas, técnicas de asociación, juegos lúdicos, actividades de diagnóstico, etc. 

Para finalizar,  lo qué tienen en común estas 7 competencias es que puedes adquirirlas o fortalecerlas en la medida en que hagas una auto evaluación honesta de tus actuales niveles de desempeño y  que  asumas el compromiso de trabajar en tu propio proceso de cambio y evolución si no estás satisfecho con los resultados. ¿Quién mejor que tú para trazar tu camino hacia el éxito?

Y si eres de las personas que desea explorar nuevas posibilidades de crecimiento, te dejo la invitación abierta para que tengamos una conversación con miras a seguir cultivando tu plan de desarrollo profesional. 

¡Hasta pronto!




jueves, 5 de octubre de 2017

Las 3 claves del empoderamiento y productividad personal


¿Se siente pleno con su estilo de vida?, ¿Se considera usted una persona productiva?, ¿Qué viene a su mente cuando lee la palabra empoderamiento?

Cumplir metas desafiantes y alcanzar niveles de productividad que lo hagan sentirse pleno, lleno de energía y feliz podría entenderse como un sueño inalcanzable. Parecería que tenemos un chip incorporado en el cerebro que nos ha persuadido de que la productividad personal es igual a "sangre, sudor y lágrimas".

Cambiar esas creencias no tiene que ser un acto dramático, por lo contrario, usted puede hacer cambios positivos, disfrutar el proceso inclusive y su salud será la primera beneficiada.

Como emprendedora también he experimentado los efectos tóxicos de tener ese chip en mi cerebro y cuando me lo quito deliberadamente (auto coaching), observo un cambio inmediato en mi energía, descanso mejor, la creatividad fluye, mi nivel de enfoque aumenta y por consiguiente mi capacidad de ejecución. 

Para cambiar el chip, le propongo practicar 3 claves que le serán muy útiles para elevar el nivel de consciencia respecto a su propio desempeño: 

1.- Absoluta responsabilidad personal

Haga un inventario y escriba en su cuaderno personal las excusas con las que frecuentemente justifica su incapacidad para lograr sus metas: "No tengo dinero", "no tengo talento", "no tengo tiempo", "nadie me apoya", "me siento solo", etc.

Estas excusas con las que se hipnotiza diariamente, son solo suyas y resulta inútil endosarlas a un tercero. Para adoptar comportamientos que lo empoderen y pasar del rol de víctima al rol de protagonista, antes es necesario darse un baño de sinceridad y asumir absoluta responsabilidad por aquello que no hizo o dejó de hacer.

Aquí caber enfatizar que el cerebro no distingue entre la realidad y la ficción, de manera que si va a engañar a su cerebro, hágalo usando un lenguaje positivo y alentador respecto a usted mismo. Dicho de otra forma, ámese mas y reconozca todas las capacidades y virtudes que posee, trabaje en potenciarlas mediante la auto formación, entrenamientos especializados o con la ayuda de un mentor. Descalificarse u obsesionarse con sus debilidades y con todo lo que le hace falta según su opinión, solo lo dejará atrapado en un círculo vicioso.

2.- Mantenga una actitud de aprendizaje permanente

Nutra su intelecto y su espíritu diariamente. Lea bastente, si tiene la posibilidad de viajar y conocer otras culturas - hágalo- cultive su lenguaje, actualice sus conocimientos, infórmese sobre buenas prácticas y casos de éxito de personas que lo inspiran. Cuide su entorno y su círculo de amistades, frecuente personas que lo impulsen en su crecimiento personal.

Con cierta edad y con algunos años de experiencia acumulados, el ser humano corre el riesgo de contagiarse del síndrome "del sabelotodo". ¡Tenga cuidado! la humildad es una gran compañera que viene con espejo incluido, si la practica siempre, ésta le facilitará reconocer que necesita aprender o mejorar como líder, empresario, padre o madre de familia, cónyuge, emprendedor, etc.

3.- No pare de mejorar

"La práctica hace al maestro". Si indaga un poco en la historia de las personas exitosas a nivel global (empresarios, artistas, escritores, activistas, científicos, filántropos), podrá distinguir un factor común: estos iconos tienen un propósito claro en la vida,  aún en situaciones adversas, forjaron su éxito porque desarrollaron el "super poder" de la perseverancia y la disciplina. Son conscientes de que la fórmula del éxito, puede ser efímera, por ello tienen la capacidad de auto observarse de forma permanente para maximizar sus fortalezas y tomar acciones correctivas sobre sus falencias.

La mejora continua se construye a base de hábitos poderosos. El calibre de su práctica determinará la calidad de su desempeño.

Como diría Robin Sharma ( reconocido escritor, coach y conferencista)

"El impacto de tus acciones refleja tu propia identidad", "Una cosa es lograr resultados positivos y otra muy distinta es lograr resultados épicos"

Gracias por visitar mi blog. 

Lo animo a participar en un espacio de reflexión personal con la siguiente pregunta: ¿qué hábitos ha incorporado o puede incorporar en su rutina de vida para mantener una actitud de aprendizaje y mejora continua?  Me encantará leer sus respuestas y comentarios.

Hasta pronto!



viernes, 3 de febrero de 2017

Equipos de alto rendimiento: sinergia y resultados

"La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no llegan todos" (Virginia Burden)

Según el diccionario, la sinergia tiene 3 significados que aunque vistos desde la perspectiva de 3 ciencias diferentes, en mi  opinión estos conceptos no se contraponen sino que se complementan de forma muy conveniente:

1.- Desde la biología, la sinergia es la acción conjunta de varios órganos en la realización de una función.

2.- Desde la química, la sinergia se da por el incremento de la acción de diversas sustancias debido a que actúan conjuntamente;

3.- Desde la economía, la sinergia es la coordinación de actividades cuyo rendimiento es superior que si se realizaran por separado.

Y es que en una organización (empresa o familia) siempre vamos a encontrar estos 3 factores: el biológico, el químico y el económico. Biológico porque hablamos de personas con capacidades y características únicas trabajando de forma interdependiente por un objetivo común; Químico, porque según el grado de sintonía cognitiva, social y emocional que haya en el equipo, se producirá una buena química, la cual se traduce en relaciones positivas y colaborativas; y Económico, porque estas personas que trabajan juntas constituyen el capital y el motor más importante de la organización, ya que son los que empujan los resultados.

Es por esta razón, que resulta muy trascendental desarrollar equipos de alto rendimiento que se desplieguen en todas las funciones de la empresa y son los Líderes los que asumen la responsabilidad directa de gestionar los factores que incidirán directamente en los resultados de éstos equipos y que por supuesto están dentro de su círculo de influencia. ¿Cuáles son estos factores?

Estilo de liderazgo: Autoritario, visionario, coach, democrático, marca pasos y conciliador. 
Los 6 famosos estilos propuestos por Daniel Goleman tienen sus ventajas, desventajas y momentos de aplicación. Ningún estilo por sí solo es mejor que otro. El Líder resonante será capaz de discernir que estilo debe adoptar en cada situación, pues comprende que asumir un estilo único desgastaría su posición y credibilidad.

Estados emocionales: Sólo los equipos que están en sintonía con sus emociones serán capaces de lograr un performance superior. Un cerebro secuestrado por la frustración, la resignación, la ira o la inconformidad, no puede disparar señales acertadas al cuerpo para que actúe de forma consecuente con los objetivos. El Líder debe ser capaz de percibir el ambiente emocional que predomina y reconectar a su equipo con la ambición, la inspiración y la confianza.

Motivaciones Intrínsecas o extrínsecas: Cuando la visión del Líder logra conectarse con los principios y valores de su equipo, su gente estará dispuesta a seguirlo. Para ellos es relevante tener una razón clara, honesta, e inspiradora para "sudar la camiseta" tanto en tiempos de bonanza como en tiempos difíciles. Si la visión del Líder sólo se reduce a  un resultado frío y numérico, complementado con castigos y recompensas,  la motivación del equipo durará el tiempo que aparezca una mejor oferta laboral o un mejor Líder (motivación extrínseca)

Cultura organizacional: Es la identidad de la empresa. Si el equipo no se identifica con la cultura del lugar donde trabaja, no habrá sentido de pertenencia, no se producirá la sinergia y tampoco habrá resultados alineados a las metas. Hay Líderes que pretenden con premura equipos de alto rendimiento para engrosar las filas de sus empresas, pero no quieren saber de eliminar hábitos tóxicos, no creen en la flexibilidad, no están dispuestos a incorporar cambios que sumen, a modificar políticas estáticas o mover estructuras.

El desarrollo y mantenimiento de un Equipo de Alto Rendimiento implica entonces que el Líder debe preparar el terreno y propiciar las condiciones óptimas para que el equipo responda según lo esperado. 

Muy bien por aquellos Líderes que ya están interviniendo exitosamente en su círculo de influencia y a quienes aún lo están pensando, los animo a dar un golpe de timón lo más pronto posible, pues sus resultados actuales son un reflejo de las decisiones que toman y de aquellas que posponen.

Gracias por leerme. Te animo a que intercambiemos opiniones e ideas de este artículo. Si eres un Líder que necesita de mi apoyo para cumplir con sus metas y trazar un nuevo rumbo para su equipo no dudes en contactarme.

!Hasta pronto!

















jueves, 15 de diciembre de 2016

Cultura de desempeño: la asignatura pendiente de los Líderes

Faltan pocos días para que el 2016 termine y puedo imaginarme la mezcla de adrenalina que se vive en las empresas en estos últimos días, por cerrar todos los "pendientes". Me atrevería a decir que la tónica de las conversaciones de los Líderes es más o menos así...
  • "Hay que recordarle a los proveedores que entreguen las facturas a tiempo, lo que llegue después del plazo se queda para Enero" (Finanzas)
  • "No hemos cerrado el reporte de presupuestos, ¿que departamento hace falta?" (Finanzas)
  • ¿Cuánto falta para llegar a la meta del año?, ¿cuántos pedidos no se han ingresado en el sistema? (Ventas)
  • "Tenemos que parar producción para hacer mantenimiento, avísenle a ventas que ya no se pueden receptar pedidos" (Producción y mantenimiento)
  • "Los Gerentes y Jefes no han hecho las evaluaciones de sus equipos y ya terminó el plazo", "Hay que enviarles un recordatorio" (Recursos Humanos)
  • Gerentes y Jefes: ¿Hasta cuándo era el plazo?, ¡Eso puede esperar, primero las ventas!
Estos diálogos parecen ficticios pero son conversaciones reales que me tocó escuchar más de una vez. La evaluación de desempeño es una asignatura pendiente en muchas empresas locales y RRHH no ha logrado que este tema se ponga como prioridad en la agenda de discusión de los Líderes (y con buena cara)

Durante el primer semestre de este año,  tuve la oportunidad de conversar con Líderes de empresas públicas y privadas con plantillas desde 300 hasta 8.000 empleados y el común denominador es que no poseen un sistema formal de medición y evaluación del desempeño. Los motivos son diversos: no creen que la evaluación del desempeño agregue valor, no saben cómo implementarlo, los intentos previos no funcionaron y hay quienes consideran que esta es una práctica que sólo pueden aplicar las grandes multinacionales.

En estas conversaciones, todos los Líderes reprocharon que una porción de sus colaboradores no tengan el rendimiento esperado, pero a la hora de especificar con que indicadores fundamentan su opinión, encontré que sus argumentos se basan en meras percepciones personales o en el grado de afinidad que tienen con el colaborador.

"Lo que no se mide no se conoce" El principal capital de las empresas son sus colaboradores, porque son los que ejecutan, son los que consiguen los resultados"

¿Cómo sabe la empresa si gana o pierde, si no tiene indicadores de desempeño? La respuesta no está sólo en el monto que factura; si una persona clave deja la empresa, esta es una clara pérdida, es un signo de que algo no está marchando bien.

Seleccionar la persona idónea, implica tiempo y esfuerzos extra. Normalmente, el conocimiento y experiencia se va con la persona que se retira de la empresa, de manera que entrenar a un empleado nuevo, también implica tiempo; la curva de aprendizaje es lenta y costosa, ya que el nuevo empleado no dará entregables efectivos hasta que no comprenda bien sus funciones y el modelo de negocio, pero generalmente esto no se lo cuantifica en una empresa, por esa razón, no se ve la utilidad de evaluar el desempeño y construir programas para desarrollar y mantener a personas con talento visible.

La única constante en las empresas es el cambio y si éstas no están preparadas para hacerle frente a las variaciones  del mercado, de la tecnología, de los gustos y preferencias de sus clientes o de la economía en general, el modelo que hasta ahora los sostiene se volverá obsoleto y resultará muy costoso dar un giro de timón. Las nuevas generaciones de profesionales buscan metas desafiantes, ambientes flexibles de trabajo, oportunidades de carrera y reconocimiento a su esfuerzo. Las empresas que no poseen estos factores se vuelven poco atractivas y estoy segura de que no hay empresa alguna a lo que no le interese tener una excelente plantilla de empleados con ideas frescas, innovadoras y con resultados extraordinarios.

Aun cuando se trate de una pequeña empresa, es posible implementar la cultura de desempeño, pero se requiere que la iniciativa empiece por los Líderes o dueños de la organización. A continuación unas consideraciones importantes para trabajar una cultura de desempeño:

1.- Es importante que los Líderes establezcan al menos 5 objetivos globales alineados a los resultados que persigue el negocio y compartirlos con toda la organización sin omitir detalles. Asegurarse de que todos comprenden la visión que persiguen.

2.- Es esencial aterrizar estos objetivos clave por funciones, a fin  de que cada departamento tenga clara su contribución al resultado global del negocio.

3.- Los Gerentes o Jefes deben aterrizar también estos objetivos a sus equipos de forma individual, siguiendo la regla SMART (específico, medible, alcanzable, realista y con tiempo definido) Cada objetivo tendrá un peso porcentual, según la prioridad, al final la suma de todos los objetivos representa un 100%.

4.-  La entrega formal de los objetivos es recomendable hacerla al inicio del año, por escrito y con el apoyo de RRHH. Si no hay presupuesto para implantar un software de control, con una plantilla de excel basta, lo importante es que esta plantilla tenga vida, se utilice y se constituya en una herramienta que refleje resultados al final del año.

5.- No olvidar hacer la revisión de los avances mediante conversaciones oportunas y honestas  (feedback) entre el jefe y el subordinado al menos 3 veces por año, esta no es una tarea de RRHH. Los Jefes deben hacerse cargo de los resultados de sus equipos y responder por ellos.

6.- Es de gran ayuda  dejar una minuta de los acuerdos a los que llegaron jefe y subordinado, de lo contrario, resulta una pérdida de tiempo que el Jefe trate de recordar justo antes de asentar la calificación de su colaborador, todo lo que ha hecho la persona durante el período de medición (tristemente algunos jefes solo recuerdan aspectos negativos o lo más reciente y es aquí donde se pierde objetividad y fracasa el sistema)

7.-Finalmente, al asentar una calificación esta indiscutiblemente estará ligada a un sistema variable de compensaciones por resultados. La ausencia de un programa de remuneración diferenciada es como aplicar la fórmula  Alguien gana- Alguien pierde y cualquier organización por pequeña que sea, sabe que al implantar una cultura de desempeño con éxito sostenido en el tiempo y con alto rendimiento,  la única fórmula válida y funcional es Ganar - Ganar para evitar la fuga de talentos.

"Es la calidad de las relaciones que se forjan entre Líderes y subordinados,  lo que genera responsabilidad, compromiso, sentido de pertenencia y resultados visibles"

Gracias por leerme. Me encantaría que compartas ¿de qué manera se mide el desempeño en tu empresa? ¿Qué crees que podría mejorar?

Te espero en la próxima publicación. 


¡Hasta pronto!