Según expertos económicos,
el mundo ha entrado oficialmente a la cuarta revolución industrial, que no es
otra cosa que una era fuertemente marcada por la tecnología digital, el internet
de las cosas y la inteligencia artificial. Hace unos meses, leí en un
estudio de la firma Deloitte, que esta revolución digital está cambiando
radicalmente 3 grandes aspectos:
- La forma en la que hacemos negocios: sólo en USA las personas
revisan 8 billones de veces su celular, de tal manera, que cualquier
empresa que desee colocar su producto o servicio en las manos de su
consumidor, deberá armar una estrategia digital
contundente.
- La economía: la practicidad de las
regulaciones del comercio electrónico, la seguridad de los datos y
las leyes tributarias se siguen analizando y modificando con el fin de ir
a la par de esta revolución sin perder el orden y el control de los
negocios.
- La sociedad: con todos estos
adelantos tecnológicos, tal parece que los humanos empiezan una fría
competición contra las máquinas. Para todas las organizaciones se
vuelve indispensable crear nuevas formas y ambientes de trabajo que
consideren la práctica de habilidades y competencias que le permitan a las
personas elevar su productividad, mejorar el desempeño laboral, pero sobre
todo agregar valor en sus funciones cotidianas.
Si eres
un asiduo lector de mis publicaciones, habrás leído en artículos
anteriores que el nivel de desempeño de las
personas se mide por el QUÉ (cuáles son sus
resultados) y el CÓMO (actitudes, valores y
comportamientos para obtener dichos resultados), de hecho, el CÓMO es
el factor que define gran parte de tu esencia como individuo.
Veamos
entonces cuáles son esas competencias claves que mayor demanda tienen en las
organizaciones y que agregan valor al modelo de gestión de cualquier industria.
1. Velocidad para aprender: ¿Has notado que los
dispositivos móviles tardan menos de un año en actualizar sus funciones y
características para brindar una mejor experiencia a sus consumidores?. Lo que
comúnmente buscamos las personas en estos dispositivos es agilidad,
conectividad, alta resolución de imagen, entre otras propiedades.
Ahora
piensa un momento en todas las características que una empresa busca en la
próxima persona que va a contratar, que va a ascender o la que le va a encargar
un proyecto. Definitivamente, las personas que no pueden adaptarse a los
cambios o las que se volvieron obsoletas profesionalmente no son una
opción. Las empresas buscan personas flexibles, que se involucren en
experiencias desafiantes y con velocidad para aprender en su práctica diaria
nuevas habilidades para tener un alto desempeño.
Ya lo dijo Edgar Dale - pedagogo estadounidense - en su famoso cono del aprendizaje: los seres humanos aprender más rápido y mejor con la experiencia directa, haciendo y enseñando.
Ya lo dijo Edgar Dale - pedagogo estadounidense - en su famoso cono del aprendizaje: los seres humanos aprender más rápido y mejor con la experiencia directa, haciendo y enseñando.
2. Juicio crítico para tomar
mejores decisiones: Desde que abres los ojos por la mañana
hasta la hora de irte a descansar por la noche, estás tomando decisiones. La
única persona que sabe lo que le conviene y lo que es mejor para ti, eres tu y
en la medida en que te conozcas y tengas claridad sobre tus fortalezas y
oportunidades de mejora, tomarás mejores decisiones para tu vida.
De igual
forma ocurre con tu trabajo, mientras mayor sea tu disposición para conocer la
empresa, la industria en la que te desenvuelves, las tendencias del mercado,
las tácticas de la competencia, las oportunidades, los riesgos o las amenazas
que existen, etc., más distinciones irás ganando para formar tu juicio crítico
y tomar mejores decisiones considerando el impacto, el riesgo y el costo
de cada acción que ejecutes. Se espera que los profesionales de hoy puedan
realizar su trabajo de forma autónoma, sin esperar que un superior esté todo el
tiempo diciéndoles que hacer.
El manejo
de indicadores sencillos pero contundentes con la data que proporcionan,
también son relevantes a la hora de tomar decisiones sobre el futuro y no sobre
un hecho que ya está consumado y por el que poco o nada puedes hacer. No te
limites a las funciones de tu puesto de trabajo, involúcrate!
3. Orientación al servicio: Esta opinión está sesgada por
experiencias previas con pequeñas y grandes empresas, pero siento que en mi
país, aún tenemos mucho que aprender en cuanto a la cultura del servicio. Hay
claras excepciones por supuesto!
En
múltiples oportunidades (y las tengo documentadas) he observado CERO coherencia
entre los valores corporativos que predica la empresa X y el trato que tienen
sus colaboradores con el cliente, usuario, colegas, proveedores y otros. Pocas
veces se demuestra un interés genuino en indagar y comprender la situación que
trae "el tercero" al escritorio, la comunicación tampoco es efectiva,
pues generalmente las conversaciones son para responder y no para escuchar.
Independientemente
de que la orientación al servicio forme parte de los valores corporativos de tu
sitio de trabajo, recuerda que esta competencia dice mucho de ti y de tu
PREDISPOSICIÓN para hacer bien tu trabajo aun cuando las circunstancias no sean
las mejores.
4. Trabajo en equipo: Con la revolución digital esta competencia
adquiere gran relevancia y sentido. Las empresas están conscientes de que para
ganar agilidad y eficiencia en todos sus procesos, es necesario eliminar
estructuras jerárquicas pesadas y conformar equipos de trabajo para proyectos
específicos.
Estos
equipos se agrupan por nivel de pericia por ello trabajan de forma
complementaria, tienen objetivos claros, indicadores de gestión y desempeñan
roles específicos dentro del equipo. Aquí juega un papel importante los que
ejecutan roles cerebrales (ideas, innovación), los roles de acción (ejecutan,
mejoran, monitorean), los roles sociales (cuidan clima laboral, resuelven,
conectan, informan)
¿Cuál es el rol que tu adoptarías en un equipo de alto rendimiento?
5. Inteligencia emocional: Las emociones son energía y estas
nos llevan a actuar de determinada forma generando un efecto (positivo o
negativo) para ti y tu entorno. Suelo referirme a la inteligencia
emocional como "un músculo" al que se debe ejercitar todos los días
con atención e intención.
Una
persona emocionalmente educada se reconoce por 2 factores: la consciencia
emocional, es decir, que puede observar las emociones en las que
transita durante toda su jornada, puede reconocer que las ocasiona y sabe que tienen
un propósito final. No es común que una persona con alta inteligencia
emocional responda: "no sé qué me pasa" o "no entiendo
por qué me siento así".
El
segundo factor es el autodominio. Una persona con
alta inteligencia emocional comprende bien que las emociones no las puede
reprimir pero si puede gestionarlas sobre todo cuando conllevan efectos
negativos como la ira, el rencor, la tristeza o el resentimiento. Hay prácticas
útiles como la respiración consciente, la meditación, la contemplación, el
ejercicio, dialogar con alguien cercano, escribir, pintar y muchas más. Elige
aquella con la que te sientas cómodo y practícala hasta convertirla en un
hábito.
6. Liderazgo: Cada vez son más necesarias las personas capaces de
liderarse a sí mismos y luego convertirse en agentes de cambio. Te invito
a cultivar esta habilidad sin importar la casilla que ocupes en el
organigrama de tu sitio de trabajo.
Si
quieres profundizar un poco más sobre este tema, puedes leer 2 artículos
previos que escribí sobre el liderazgo resonante.
- Parte 1: https://mariaconchitafigueroa.blogspot.com/2015/08/el-liderazgo-resonantemucho-debate-y.html
- Parte 2: https://mariaconchitafigueroa.blogspot.com/2015/09/el-liderazgo-resonantemucho-debate-y.html
7. Creatividad y resolución de problemas: La
creatividad no es exclusiva de los genios de la industria tecnológica o de los
grandes inventores. Tú también puedes ser una persona muy creativa sólo con
analizar tu puesto de trabajo e identificar todos aquellos aspectos que puedes
mejorar o hacer de una forma distinta para:
- Reducir
tiempos de respuesta.
- Ahorrar
dinero.
- Promover
tu propio desarrollo.
- Provocar
experiencias agradables de trabajo.
- Incrementar
tu capacidad de enfoque en lo realmente importante.
- Brindar un mejor servicio.
Afortunadamente
existen diversas metodologías para incentivar la creatividad tales como: design
thinking, técnicas de pensamiento lateral, mapas mentales, lluvia de ideas,
técnicas de asociación, juegos lúdicos, actividades de diagnóstico, etc.
Para
finalizar, lo qué tienen en común estas 7 competencias es que puedes
adquirirlas o fortalecerlas en la medida en que hagas una auto evaluación
honesta de tus actuales niveles de desempeño y que asumas el
compromiso de trabajar en tu propio proceso de cambio y evolución si no estás
satisfecho con los resultados. ¿Quién mejor que tú para trazar tu camino hacia
el éxito?
Y si eres
de las personas que desea explorar nuevas posibilidades de crecimiento, te dejo
la invitación abierta para que tengamos una conversación con miras a
seguir cultivando tu plan de desarrollo profesional.
¡Hasta pronto!
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